Cómo la adición de polvo de roca al suelo podría ayudar a capturar carbono en la tierra

Los científicos están investigando una técnica prometedora para reducir el dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera y mejorar la productividad agrícola: agregar polvo de roca al suelo. Esta innovadora práctica podría no solo ayudar a combatir el cambio climático, sino también aumentar significativamente los rendimientos de los cultivos. Aunque se requieren más estudios para confirmar sus beneficios a largo plazo, los resultados preliminares sugieren que esta técnica tiene un enorme potencial tanto para los agricultores como para el medio ambiente.

¿Qué es el polvo de roca y cómo funciona?

El polvo de roca es roca pulverizada, generalmente de origen volcánico como el basalto, que se esparce sobre la tierra agrícola. Cuando este material entra en contacto con el suelo, ocurre un proceso químico conocido como meteorización. Durante este proceso, la roca triturada reacciona con el CO₂ presente en la atmósfera, capturándolo y fijándolo en el suelo en forma de compuestos minerales estables. Este fenómeno no solo ayuda a reducir los niveles de carbono en el aire, sino que también enriquece el suelo con nutrientes valiosos.

Captura de carbono y aumento de los rendimientos agrícolas

La adición de polvo de roca a los campos agrícolas no solo mejora la salud del suelo, sino que también permite que este absorba más carbono del aire. Según investigaciones recientes, este método podría capturar grandes cantidades de CO₂, contribuyendo significativamente a los esfuerzos globales para mitigar el calentamiento global.

Además, los minerales liberados por el polvo de roca, como el magnesio, el calcio y el potasio, nutren el suelo y favorecen el crecimiento de los cultivos. Esto ha llevado a un aumento en los rendimientos agrícolas, lo que podría ser especialmente beneficioso para los agricultores en áreas con suelos empobrecidos o degradados.

Polvo de roca aplicado en un campo experimental de la Universidad de California, Davis. Iris Holzer. – Publicado en Yale School of the EnvironmentYaleEnvironment360

Estudios en curso

Aunque los resultados iniciales son alentadores, los científicos están realizando estudios adicionales para medir el impacto a largo plazo de esta técnica. Están evaluando factores como la cantidad óptima de polvo de roca que se debe aplicar, las condiciones de suelo más adecuadas y los efectos en diferentes tipos de cultivos. Investigadores también están explorando cómo esta práctica podría integrarse en los sistemas agrícolas actuales de manera rentable.

Beneficios potenciales para los agricultores y el clima

Varios expertos ya señalan que la adición de polvo de roca a los suelos agrícolas podría ofrecer importantes ventajas tanto para los agricultores como para el clima:

  • Captura de carbono a largo plazo: El proceso de meteorización mejorada no solo retira el CO₂ de la atmósfera, sino que lo fija de manera estable en el suelo, contribuyendo a una solución duradera para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Aumento de la productividad agrícola: La liberación de nutrientes durante la meteorización del polvo de roca mejora la fertilidad del suelo, lo que resulta en mayores rendimientos para los agricultores.
  • Sostenibilidad a largo plazo: Al mejorar la salud del suelo y su capacidad para retener carbono, esta técnica puede hacer que la agricultura sea más sostenible y resiliente frente a los efectos del cambio climático.

Desafíos a superar

A pesar de sus promesas, la adición de polvo de roca al suelo enfrenta algunos desafíos. La logística de producir, transportar y aplicar grandes cantidades de roca triturada puede ser costosa y compleja. Además, algunos científicos advierten que se necesitan más pruebas para determinar cómo esta técnica afecta a los suelos y a los ecosistemas agrícolas a lo largo del tiempo.

Conclusión

La práctica de agregar polvo de roca al suelo está emergiendo como una solución innovadora con el potencial de enfrentar dos problemas urgentes: el cambio climático y la necesidad de mejorar la productividad agrícola. A medida que continúan las investigaciones, esta técnica podría convertirse en una herramienta clave tanto para reducir el CO₂ atmosférico como para aumentar los rendimientos agrícolas. Si se adoptan de manera generalizada, estas soluciones basadas en la naturaleza podrían ser un paso crucial hacia un futuro agrícola más sostenible.

Según un articulo publicado en: https://e360.yale.edu/features/how-adding-rock-dust-to-soil-can-help-get-carbon-into-the-ground

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